sábado, 20 de junio de 2020

Domingo XVII del Tiempo Ordinario


¡BIENVENIDOS A LA SANTA MISA!
De nuevo retomamos los domingos del Tiempo que llamamos Ordinario y que llegará hasta final de noviembre, en que iniciaremos un nuevo año litúrgico con el Adviento. Durante este tiempo, el evangelista San Mateo nos irá guiando con los hechos y palabras de Jesús, que hoy nos dirige a nosotros.
Las lecturas de estos domingos nos invitan a seguir el camino de Jesús. La misión no ha sido fácil en ningún momento, pero quizás hoy resulta más difícil, porque no está de moda el ser cristiano y llevamos un camino que choca con el de los amigos, conocidos e incluso dentro de los miembros de nuestra familia. Pero Jesús nos va a repetir: “no tengáis miedo”. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante Dios.

Iniciamos esta celebración pidiendo perdón por las veces que nos alejamos de camino de Jesús.

PRIMERA LECTURA
Libró la vida del pobre de manos de los malvados
Lectura del libro de Jeremías 20, 10-13
Dijo Jeremías:
«Yo oía la murmuración de la gente: “Hay terror por todas partes; denunciemos a Jeremías”. Hasta mis amigos esperan que yo dé un paso en falso: “A ver si se deja engañar, y entonces lo venceremos, nos vengaremos de él”. Pero el Señor está conmigo, como un guerrero poderoso; mis enemigos caerán y no podrán conmigo. Se avergonzarán de su fracaso sufrirán una humillación eterna que no se olvidará. Señor de los ejércitos, que examinas al justo y sondeas lo íntimo del corazón, hazme ver cómo castigas a esa gente, porque a ti he confiado mi causa. Canten al Señor, alaben al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los malvados».
Palabra de Dios.


Salmo responsorial
Sal 68, 8-10. 14-17. 33-35 (R.: 14c)
R. Que me escuche tu gran bondad, Señor.

Por ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre;
porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R.

Pero mi oración se dirige a ti,
Dios mío, el día de tu favor; 
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude.
Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia;
por tu gran compasión, vuélvete hacia mí. R.

Mírenlo, los humildes, y alégrense,
busquen al Señor, y revivirá su corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos.
Alábenlo el cielo y la tierra,
las aguas y cuanto bulle en ellas. R.

SEGUNDA LECTURA
No hay proporción entre el delito y el don
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 12-15
Hermanos:
Por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado entró la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.  Porque, antes que hubiera Ley había pecado en el mundo, el pecado no se tenía en cuenta porque no había Ley. A pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una desobediencia como la de Adán, que era figura del que había de venir.
Sin embargo, el don no es como el delito: si por el delito de uno murieron todos, mucho más, la gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que correspondía a un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos.
Palabra de Dios.


Aleluya Jn 15, 26b. 27a
El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí
- dice el Señor -;
y también ustedes darán testimonio.


EVANGELIO
No tengan miedo a los que matan el cuerpo
Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 26-33
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
—«No tengan miedo a los hombres, porque no hay nada  secreto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche díganlo ustedes en pleno día, y lo que escuchen al oído pregónenlo desde la azotea. No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, teman más bien al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unas moneditas? Y, sin embargo, ni uno de ellos cae al suelo sin que el Padre de ustedes lo disponga. En cuanto a ustedes hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados. Por eso, no tengan miedo; no hay comparación entre ustedes y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte delante de mi Padre que está en el cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en el cielo».
Palabra del Señor.

ORACIÓN DE LOS FIELES

  • Por la Iglesia, para que sea testigo fiel del Evangelio en el mundo. ROGUEMOS AL SEÑOR
  • Por los que son perseguidos por causa de la fe o en su lucha por la justicia, para que no les falte el amor y la esperanza. ROGUEMOS AL SEÑOR 
  • Por los que rigen los destinos de los pueblos, para que gobiernen con rectitud y justicia. ROGUEMOS AL SEÑOR.

  • Por los enfermos y los que están pasando momentos de dolor y dificultad. ROGUEMOS AL SEÑOR
  • Por los grupos y movimientos de nuestra Parroquia, para que el Señor haga fructificar el trabajo de este curso y nos ayude a ser fieles en nuestro trabajo y servicio. ROGUEMOS AL SEÑOR
  • Por todos nosotros, para que la participación de la Eucaristía nos impulse a anunciar el Evangelio, con voz fuerte y una vida coherente. ROGUEMOS AL SEÑOR

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